dissabte, 14 d’abril del 2012

Prebiòtics, Probiòtics i Simbiòtics.

¿Qué son?, ¿Qué efectos producen?, ¿Durante cuánto tiempo se pueden administrar?, son algunas de las preguntas que se hacen muchos criadores de aves acerca de estos productos.   Es fundamental tener claro que es cada producto, para ello lo mejor es dar una definición corta pero concisa de cada concepto.   
Probiótico.- Son microorganismos vivos que al administrarse en cantidades adecuadas, tienen un efecto positivo por su acción sobre la flora intestinal. En su mayoría suelen ser bacterias fermentadoras de acido láctico como los lactobacillus, aunque los probióticos más evolucionados incluyen cepas de otras bacterias como enterococos y estreptococos, e incluso de levaduras como las del genero sacaromyces cerevisae presente en la fermentación de la cebada para la producción de cerveza.  
Prebiótico.- Sustancias no digeribles de origen vegetal que no pueden ser desdobladas por las enzimas presentes en la digestión, pero que estimulan selectivamente el crecimiento favorable de bacterias intestinales beneficiosas en el colón. Dicho de otro modo, los prebióticos son “el alimento” de las bacterias probióticas. Los más utilizados son fructoligosacaridos como la oligofructosa y la inulina.  
Simbiótico.- Productos que contienen tanto prebióticos como prebióticos, es decir bacterias acompañadas de fructoligosacaridos. Parece claro que lo recomendable es utilizar productos simbióticos que puedan realizar un doble efecto pro y prebiótico sobre el aparato digestivo del ave. 

En realidad al usar un simbiótico, nos estamos asegurando de alguna forma que la mayoría del probiotico que estamos administrando pueda sobrevivir y multiplicarse en el tubo digestivo ya que las sustancias prebióticas les proporcionan alimento y protección.   Hoy en día estos términos se utilizan con acierto a la hora de denominar los alimentos funcionales destinados al consumo humano. Sin embargo, durante estos últimos diez años he observado que los productos de este tipo destinados al consumo animal se han denominado de forma errónea y se denominan prebióticos a probióticos y viceversa, además productos como el LEVOLAC de Inogan, que es el único simbiótico para uso en aves comercializado en nuestro país, se denomina prebiótico, cuando lleva en su composición una importante carga de bacterias y levaduras además del prebiótico.  
 Personalmente llevo varios años recomendando y utilizando estos productos, y aunque falta más documentación y pruebas científicas de sus beneficios sobre la salud de las aves, debo decir que el uso continuado de estas sustancias disminuye considerablemente los problemas digestivos y otro tipo de enfermedades que se originan en los aviarios.   Se recomienda el uso especifico de estos productos en situaciones de estrés que pueden provocar un desequilibrio en la flora bacteriana propia del intestino, como las que se producen cuando administramos antibióticos, en épocas de muda y cría o simplemente cuando se producen traslados o transporte del ave.   Sin embargo, mi opinión es que su uso continuado durante todo el año evita que se produzcan muchos problemas como consecuencia de las situaciones anteriormente citadas. 

Es de reseñar el uso que se hace de los antibióticos en épocas de cría. En muchas ocasiones se prepara la cría administrando antibióticos como las tetraciclinas o sulfamidas de forma inadecuada, hay que tener en cuenta que estos producen un efecto “barrido” sobre la mucosa intestinal, es decir, que no solo matamos a los “malos” sino que también caen los “buenos”.   Parece mucho más coherente preparar la época de cría con la administración de simbióticos con bastante antelación y dejar la administración de antibióticos por si realmente aparece un problema. Es por ello por lo que recomiendo el uso de un simbiótico durante todo el año, ya que a fin de cuentas las épocas de estrés se solapan unas con otras. 

Además, he de señalar que el uso de estos productos es inocuo y que no producen ningún tipo de efecto indeseable en el ave.   Especialmente interesante es el efecto que parece tener estos productos sobre el sistema inmunitario del ave. Este efecto inmunomodulador protege al ave de infecciones, induciendo a un aumento de la producción de inmunoglobulinas y un aumento de la actividad de los macrófagos, fagocitos y linfocitos, que hacen estar al organismo preparado para defenderse de posibles infecciones.   En numerosas ocasiones los criadores se preocupan de forma excesiva de la cantidad de los porcentajes de proteína o de grasa que deben suministrar en la dieta, o de la cantidad de vitaminas o aminoácidos que deben incorporar con suplementos, pero en realidad lo que nos debería preocupar es preparar el tubo digestivo de nuestras aves para que todo ello pueda ser asimilado de forma correcta. Es aquí donde el uso continuado de pre y probióticos queda justificado.   

Para terminar, me gustaría comentar que en muchas ocasiones he podido ver como el uso inadecuado o excesivo de semillas germinadas producen fermentaciones indeseables en el interior del tubo digestivo que pueden provocar incluso la muerte del ave, creo asimismo, que con una adecuada administración de simbióticos podrían evitarse algunos de esos problemas.     

Gracias por su atención, un saludo   Juan Ramón Pérez  Veterinario col 451/SS